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Diumenge, 8 de desembre

steinbeckEl mateix any que li van concedir el premi Nobel, John Steinbeck va escriure aquest llibre de viatges. "Travels with Charley: In search of America", 1962, descriu el país que es va trobar l'escriptor 23 anys després de "The Grapes of Wrath". Hem escollit uns fragments del llibre on parla de Charley, el seu gos i company del viatge pels Estats Units. L'Àusias, gos viatger de les lasius, ens en fa cinc cèntims per si ens animem a recórrer Catalunya o la Ruta 66 amb ell.


Cada viaje, safari o exploración, es una entidad diferente de todos los demás viajes. Tiene personalidad, temperamento, individualidad, carácter único. Un viaje es una persona en sí; no hay dos iguales. Y los planes, las salvaguardas, el control y la coerción son todos infructuosos. Descubrimos tras años de lucha que no hacemos un viaje: es el viaje el que nos hace a nosotros. Guías, programas, reservas, cosas obligadas e inevitables, naufragan y se hunden ante la personalidad del viaje. Sólo cuando admite esto puede el vagabundo de pura cepa relajarse y asumirlo. Sólo entonces se disipan las frustraciones.(...)

Había cierta preocupación sincera por el hecho de que viajase solo, exponiéndome a un ataque, un robo, un asalto. Era bien sabido que nuestras carreteras son peligrosas. Y he de confesar a este respecto que tenía aprensiones absurdas. Hace años ya que no ando solo, anónimo, sin amistades, sin esa seguridad que le dan a uno la familia, los amigos y cómplices. Ese peligro no tiene nada de real. Es sólo una sensación de soledad y desvalimiento al principio... una especie de sentimiento de desolación. Debido a esto, llevé un acompañante en mi viaje: un caniche francés viejo y caballeroso llamado Charley. Bueno, se llama en realidad Charles le Chien. Nació en Bercy, en los arrabales de París y se educó en Francia, y aunque sabe un poco de inglés caniche, sólo responde rápidamente a órdenes en francés. Si no tiene que traducir, y eso le retrasa. Es un caniche muy grande, de un color llamado bleu, y es de verdad azul cuando está limpio. Charley es un diplomático nato. Prefiere la negociación a la lucha, y muy oportunamente, ya que se le da muy mal lo de luchar. Sólo una vez en sus diez años de vida ha tenido problemas: cuando se encontró con un perro que se negó a negociar. Perdió en esa ocasión una parte de la oreja derecha. Pero es un buen perro guardián... tiene un rugido como el de un león, destinado a ocultar a los extraños que vagan en la noche el hecho de que no sería capaz de salir a mordiscos de un cornet de papier. Es un buen amigo y compañero de viaje y no hay cosa que le guste más que andar de un sitio a otro. Si tiene una gran presencia en esta crónica se debe a que aportó mucho al viaje. Un perro, sobre todo uno exótico como Charley, es un vínculo entre desconocidos. Muchas conversaciones en ruta empezaron con "¿Qué raza de perro es ésa?". (...)

Charley es un perro alto. Cuando se sentaba en el asiento de al lado, su cabeza quedaba casi a la misma altura que la mía. Acercó su nariz a mi oído y dijo "Ftt". Es el unico perro que haya visto yo que sea capaz de pronunciar la letra F. Esto se debe a que tiene los dientes delanteros torcidos, una tragedia por la que le están vedadas las exhibiciones caninas; debido a que sus dientes delanteros superiores encajan levemente con el labio inferior, Charley puede pronunciar F. La palabra "Ftt" significa normalmente que le gustaría saludar a un matorral o un árbol. Abrí la puerta de la cabina y lo dejé salir y se entregó a su ceremonia. No tiene que pensarlo para hacerlo bien. La experiencia me ha demostrado que en algunos casos Charley es más inteligente que yo, pero en otros es abismalmente ignorante. No sabe leer, no sabe conducir un coche y no entiende nada de matemáticas. Pero en su propio campo de actividad, en el que se hallaba actuando entonces, el lento e imperial olisquear y ungir una zona, no tenía igual. Sus horizontes son limitados, por supuesto, pero ¿son tan amplios los míos? (...)

A Charley le gusta levantarse temprano y le gusta que yo me levante también. ¿Y por qué no habría de gustarle? En cuanto desayuna se vuelve a dormir. Y ha desarrollado con los años una serie de métodos, inocentes en apariencia, para conseguir que yo me levante. Puede sacudirse y sacudir el collar con suficiente fuerza como para despertar a un muerto. Si eso no resulta tiene un ataque de estornudos. Pero su método más irritante puede que sea sentarse muy quieto al lado de la cama y mirarme fijo a la cara con una expresión dulce e indulgente, y yo afloro del sueño profundo con la sensación de que me están mirando. Pero he aprendido a mantener los ojos bien cerrados. Basta que parpadee para que estornude y se estire, y se acabó para mí el sueño de esa noche. Muchas veces la guerra de voluntades se prolonga un buen rato, yo manteniendo los ojos firmemente cerrados y él mostrándose indulgente, pero casi siempre gana. Le gustaba tanto viajar que quería empezar temprano, y temprano para Charley es cuando llega la primera atenuación de la oscuridad con el amanecer. (...)

... entró allí un lujoso coche y una mujer bastante corpulenta y hortera, soltó a un perro de Pomerania bastante corpulento y hortera de condición femenina. Yo no me daría cuenta de esto último hasta más tarde, pero Charley se dio cuenta inmediatamente. Salió de detrás de la lata de basuras, vio a su beldad, se le encendió la sangre francesa y se lanzó a desplegar una serie de galanterías que resultaban inconfundibles hasta para los flácidos ojos de la dueña de la damisela. Dicha criatura lanzó un grito como un conejo herido, emergió del coche con un sentimentalismo explosivo y habría agarrado a su queridita en brazos si pudiera haberse inclinado tan abajo. Lo más que pudo hacer fue asestar un sopapo en la cabeza del alto Charley. Éste le pegó un mordisco en la mano con la mayor naturalidad y despreocupación, procediendo a continuación a seguir con su romance. Hasta ese momento yo no había comprendido nunca el verdadero sentido de la frase "hacer retumbar el firmamento" y aquella furibunda mujer, que lo hacía retumbar ciertamente, me lo hizo comprender. Le cogí la mano y vi que ni siquiera le había rasgado la piel, así que agarré a su perra, y aquel pequeño monstruo me asestó de inmediato un buen mordisco que hizo brotar sangre antes de que logrará cogerla por el cuello y estrangularla delicadamente.

A Charley le parecía absurda toda aquella escena. Orinó en la lata de basura por vigésima vez y dio el asunto por concluido.

Llevó tiempo calmar a la dama. Saqué la botella de coñac, que podría haberla matado, y bebió un trago que debería haberlo conseguido.

Habría sido lógico pensar que Charley, con todo lo que había hecho por el, habría acudido en mi ayuda, pero él detesta a los neuróticos y a los borrachos. Se metió en Rocinante, se arrastró debajo de la mesa y se puso a dormir. Sic semper cum franchutes.



 
Divendres, 6 de desembre

fontEl grup mallorquí Antònia Font és el que ha inspirat aquesta nova pàgina. És ben sabut de tots que el fred conserva millor els aliments, l'iglú vol ser un calaix, però un calaix congelat. Tot el que trobareu aquí porta tres estrelles i es conservarà fresc durant mesos. Les composicions de Joan Miquel Oliver interpretades per la veu única de Pau Debon ens donen cançons com aquesta que ens inspira. Escolteu "Dins d'aquest iglú", del seu nou disc ALEGRIA i tindreu el cor calent.